Noticia
15 Enero 2004
La serie «Friends» también sirve para dar educación sexual a los
adolescentes
Si usted es seguidor habitual de la telecomedia Friends, probablemente
recuerde el capítulo de la octava temporada en que Rachel (Jennifer Aniston)
le dice a su antiguo novio Ross (David Schwimmer) que se ha quedado
embarazada. Ross responde con sorpresa: sólo habían reincidido una vez y
habían empleado preservativo. «Lo sé, pero los condones sólo funcionan en el
97% de las ocasiones», dice ella. «¿Qué, qué? Pues deberían poner eso en la
caja». «Lo hacen». «No, no lo hacen [en ese momento, Ross examina un
envase]. ¡Bueno, entonces deberían ponerlo en grandes letras negras!». Pues
bien, esta escena no sólo hizo reír, sino que tuvo una repercusión positiva
entre el montón de jóvenes que la vieron (sólo en EUU fueron 1,67 millones
de críos de entre 12 y 17 años). Según un estudio publicado recientemente en
'Pediatrics', incrementó los conocimientos de este grupo de edad acerca de
los profilácticos, en especial si habían visto el episodio acompañados por
sus progenitores.
Y es que pese a las críticas que ha recibido este medio por sus elevados
contenidos de sexo, la tele también «puede ser un educador sexual, mostrando
lecciones útiles para las audiencias adolescentes cuando es modelo de
conductas responsables o apunta las consecuencias que tiene mantener
relaciones sin cuidado», explican los autores de este trabajo.
De hecho, de acuerdo con una encuesta que realizó en 2002 la Kaiser Family
Foundation -una organización filantrópica estadounidense sobre temas de
salud- a 500 jóvenes de entre 15 y 17 años, la mayoría ha aprendido algo
útil de las escenas sexuales que aparecen en televisión, como por ejemplo
decir «no» ante una situación que les hace sentir incómodos (60% de los
entrevistados) o hablar a su pareja del empleo de profilácticos (43%).
Sin embargo, hasta ahora la mayoría de las evaluaciones de programas
concretos se referían a emisiones de países en vías de desarrollo, como es
el caso de Sida en la ciudad, una veterana telenovela semanal emitida en
Costa de Marfil. De acuerdo con un estudio publicado en AIDS Care el pasado
junio, el empleo del preservativo es más común entre quienes han visto más
de 10 episodios del serial.
«La televisión es capaz de enseñar los riesgos y responsabilidades que
acompañan a la actividad sexual de un modo que los libros, folletos y las
clases no pueden, retratando las experiencias de individuos sexualmente
activos con los cuales se identifican los jóvenes», señala el trabajo de
Pediatrics. Los autores de esta investigación entrevistaron a 500
adolescentes (de entre 12 y 17 años y seguidores habituales de la serie) en
las tres semanas posteriores a la emisión del antedicho capítulo de Friends.
La mayoría (65%) de los que habían visto el capítulo recordaba que Ross y
Rachel habían usado preservativo y un 31%, que el episodio mencionaba que la
eficacia del profiláctico es de entre el 95% y 100%. Además, el 17% declaró
que había aprendido algo nuevo del mismo.
«De este modo, la información de salud sexual ha llegado a una amplia
audiencia juvenil con un único episodio de edu-entretenimiento», dicen los
autores, para quienes la televisión lúdica «tiene la ventaja de poder
ejemplificar una conducta socialmente responsable sin defenderla explícitamente. Los mensajes partidistas pueden producir resistencia entre
los adolescentes».
De todos modos, estos expertos advierten que «sería una mala idea que la
televisión sustituyese por completo a las fuentes tradicionales de educación
sexual, [pero] puede completar y realzar los efectos de la información de
otras fuentes». Y viceversa, porque los padres también tienen un papel
importante para reforzar los contenidos educativos de los programas.
Así, en el trabajo sobre Friends, las mencionadas cifras eran mucho mejores
entre los adolescentes que vieron y discutieron el episodio con un adulto:
casi la mitad recordaba que se había descrito que la eficacia de los
preservativos superaba el 95% y más de un tercio había aprendido algo nuevo
de la emisión. Muchos de estos jóvenes hablaron con sus mayores de la
eficacia del condón (el 31%) o del embarazo de Rachel (33%) a raíz del
episodio.
Para los autores, estos hallazgos «sugieren que si los retratos de conductas
sexuales de riesgo o responsabilidad tratasen temas menos complejos [dado
que algunos chavales sólo se quedaron con la idea de que el condón puede
fallar] y fuesen más frecuentes en televisión, los efectos observados serían
aún más poderosos».
Y es que estos contenidos educativos aún son muy escasos en este medio. Tal
y como revelaba un trabajo de este año (también realizado por la Kaiser
Family Foundation) acerca de los programas emitidos por las principales
cadenas de EEUU en la temporada 2001-2002, sólo una cuarta parte (26%) de
las emisiones con descripciones o conversaciones sobre relaciones sexuales
incluían alguna referencia al sexo seguro. De todos modos, los autores son
optimistas: hace cuatro años, la cifra era casi la mitad (14%).